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sábado, 15 de mayo de 2010

Es mejor no quedarse callado.

El fin de semana pasado mi esposa y ya pasábamos por el restaurante El Güegüense y nos detuvimos a almorzar porque ambos queríamos comer un payaso. Mi esposa sugirió la mesas de la segunda planta, una especie de balcón, y lo primero que me encuentro es una mesa repleta de polvo, algo normal en Managua, así que sólo solicitamos al mesero que la limpiara.

Pedí de tomar Fresca, la cual me la llevaron en lata con un vaso con hielo; luego de tomarme el refresco vi que la lata estaba sucia, entonces me pregunte ¿El mesero me la trajo sucia o el viento levanta tanto polvo que ya se ensució?, para salir de la duda decidí pedir otra Fresca, nuevamente me la llevan en lata, pero en esta ocasión empiezo a inspeccionar la lata y noto que la lata venía sucia.

¿Que hice? limpiar la lata, creo que fue muy mala idea no poner mi queja, porque el negocio del restaurante es satisfacer al cliente con su servicio, tener la latas limpia tiene que ser parte del mismo. Si alguien está pensado que soy un muy tonto y que ya debiera de conocer como son las cosas en Nicaragua, pues no, lo correcto debió ser que yo reclamara y de esa forma hacer que el servicio del restaurante El Güegüense mejorara.